Nuestra posición a la hora de consultar el I Ching
Al momento de consultar el oráculo del I Ching, es conveniente que nos tomemos un par de minutos para distinguir la posición desde la cual vamos a solicitar el consejo del oráculo. Debemos saber con claridad si somos nobles o vulgares.
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Como vulgares, solicitamos el oráculo con el único propósito de conocer si el destino nos resulta propicio o no y si hay algo malo allí fuera que amenace nuestra felicidad y buena fortuna.
Como nobles, consultamos el oráculo no solo para prevenir fortuna o desventura, sino también para determinar nuestra posición y campo de acción en el acontecer universal. El noble sabe que el buen destino no siempre tiene que ver con riquezas materiales.
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¿Cómo saber cuando somos nobles o vulgares?
Somos vulgares cuando consultamos el oráculo y, debido a nuestro limitado conocimiento o determinación, no conseguimos participar activa y correctamente en el desarrollo de los acontecimientos.
Somos nobles cuando consultamos el oráculo y la previa comprensión del I Ching junto a nuestra correcta disposición hace que logremos contemplar a tiempo justo las causas y los efectos, y realicemos en tiempo justo las seis etapas.
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El vulgar cree que la adivinación es magia porque no entiende cómo funciona, ignora su sentido, desconoce su grandeza y solo le preocupa su ventura o desventura.
El noble sabe que la adivinación es magia porque su comprensión va más allá de las técnicas, se alimenta del sentido del I Ching y eso amplía su campo de acción hasta un punto en el que, en ciertos momentos, llega a tener el poder suficiente para virar el destino.
¿Cómo ambos se ayudan mutuamente?
El vulgar ayuda al noble a comprender la necesidad que tenemos del I Ching. El noble ayuda al vulgar que decide instruirse y elevarse por encima de su situación.
El noble y el vulgar no son enemigos. La distancia que los separa no es impuesta, se da naturalmente de acuerdo a la condición de cada uno.
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El vulgar tiene la mente enferma por su ignorancia. El noble no tiene la mente enferma porque sabe que la tiene enferma. Cada uno consulta el I Ching desde su condición y el sabio maestro a ninguno niega orientación.
Recuerda que los breves aportes del I Ching que compartimos en Sol de Jade son solo la superficie de lo que implica iniciar el camino bajo la sabia guía del maestro del Libro de Las Mutaciones.